martes, 24 de enero de 2012

Empezamos

Desde siempre he sentido una atracción especial por la ciudad en la que nací y en la que llevo viviendo poco más de 34 años. Bueno, para ser sinceros, esa atracción debió empezar realmente sobre los 10 años más o menos. Antes era más fan de villas como Nueva York, Dallas o Chicago, debido a mi acusada tendencia al consumo de televisión. Pero un buen día acabas bajando a la Tierra y empiezas a valorar lo que tienes alrededor.

Mientras cursaba la EGB, en lugar de preocuparme por jugar al fútbol (ya contaba con la suficiente capacidad de raciocinio para comprender que era tan paquete que sólo sería capaz de marcar goles en mi propia portería) empecé a interesarme por la historia de la ciudad, y sobre todo por cómo había evolucionado con el paso de los años, ya no tanto en el aspecto histórico-económico-social, sino en cuanto a su configuración y urbanismo. Sí, era un poco friki.

Tenía un par de planos del casco urbano que calqué varias veces para poder pintarrajear sobre ellos las más pintorescas paranoias que se me venían ocurriendo, como por ejemplo señalar qué calles contaban con un buen alumbrado público y cuáles eran verdaderos callejones oscuros dignos de Jack el que iba por partes. Hasta llegué a dibujar mi propio Plan de Ordenación Urbana, trazando nuevas calles y nuevos puentes uniendo los viales existentes. También recuerdo que, en un arrebato de rencor hacia las instalaciones educativas, propuse crear un centro comercial sobre los terrenos del colegio de A Xunqueira I. Aún guardo ese mapa en un cajón para ver de vez en cuando si acerté en algo...

Luego empecé a recolectar fotos antiguas, periódicos viejos y postales seniles en las que se veían las mismas calles por las que paseaba pero varios años antes, con lo que me ponía a comparar las escenas y dejaba volar mi imaginación intentando recrear cómo sería recorrerlas en aquellos tiempos, a veces muy lejanos y otras bastante cercanos. Ojalá tuviese un DeLorean equipado con cierre centralizado y condensador de fluzo, pensaba. Lo iba a gozar cosa bárbara.

Finalmente, mi psicoterapeuta se puso a trabajar duro y conseguí llegar a ser una persona normal. Pero mi gusto por las fotos antiguas de la ciudad todavía perdura.

Es por ello que surge este blog. Una forma de ir, poco a poco, recopilando imágenes del antes y el después de las calles y plazas de esta preciosa ciudad, Pontevedra.

Así doy por inaugurado oficialmente este blog. 

La botella de champán, en vez de romperla contra el monitor, me la voy a beber. Con esta crisis no estamos para tirar cosas...

6 comentarios:

  1. No sabía de esta faceta tuya, amigo! Pues bienvenido al mundo del "bloguerío", es muy divertido y éste, además, muy enriquecedor. Enhorabuena por enseñarnos estas cosas. Un biquiño.

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    1. Gracias Noa! Por ser la primera infiltrada en este mejunje, quedas nombrada miembro honorífico. Un beso.

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  2. Yo tampoco conocía esta faceta y me ha encantado!!! Pasaré por aquí de vez en cdo para aprender un poquito. Besiños

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  3. Sería moi interesante que citases as fontes das fotos: amais da data, molaba saber se veñen dun periódico (Diario, ou outros) e saber quen foi o fotógrafo

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  4. Me encanta este blog!! Gracias por mostrarnos un poquito más de historia de nuestra ciudad.

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  5. Muchas gracias por tu trabajo! Hace ya bastantes años estudié en esta ciudad mi carrera de Magisterio, pero sin llegar a conocer la ciudad, la verdad. Actualmente me he venido a vivir aquí por trabajo, y encontrar este blog ha despertado mi interés por conocer los secretos del paso del tiempo por Pontevedra... Felicidades!

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