domingo, 23 de agosto de 2020

Avenida de Santa María

La primigenia iglesia de Santa María se estima que comenzó a construirse durante la primera mitad del siglo XII, probablemente de estilo románico y con un tamaño muy inferior al de la actual. 

Pero llega el siglo XVI y con él el esplendor de la villa. Es entonces cuando el gremio de mareantes impulsa la construcción de una nueva gran basílica sobre el solar ocupado por la vieja iglesia medieval. Se comenzó a levantar en torno al año 1510, y las obras se prolongarían durante más de un siglo. Se comenzó con la capilla mayor, siguiendo con las naves y capillas laterales, continuando con la obra escultórica de la fachada, y finalizando la obra principal con el abovedado de la nave central, terminado en 1559.

A esta época de esplendor le siguió una profunda crisis al final del siglo XVI: la falta de calado del puerto, las guerras con los Países Bajos e Inglaterra que mermaron de forma notable las exportaciones, el incremento de la fiscalidad promovido por Felipe II, la gran epidemia de peste de 1598 y la inquisición, formaron un cóctel Molotov que explotó desencadenando el declive de la villa. Y una de sus consecuencias fue la falta de financiación para las obras accesorias de remate de la basílica, tales como la torre del campanario, el coro y el retablo. La construcción de la torre se abordó a partir de 1605, mientras que el retablo fue encargado en 1623, permaneciendo en la basílica hasta que fue derribado y reemplazado por el que existe en la actualidad, en el año 1909.

Tras todos estos avatares se concluyó la obra, y a día de hoy puede contemplarse lateralmente desde la avenida de su mismo nombre.

Iglesia de Santa María al fondo y Torres Arzobispales a la izquierda. Manuel Murguía, ca.1873
7 de junio de 2020

En las parcelas ahora ocupadas por el palacete de Mendoza (1878) y el sanatorio Santa María se erigían antiguamente las Torres Arzobispales. Éstas formaban parte de una gran fortificación que se comenzó a construir en torno al año 1226 con el objetivo de servir de mansión a los arzobispos compostelanos, señores de la villa a partir de la donación real que se produjo en 1180. Esa fue su función durante siglos, pero con el paso de los años fue utilizada incluso como prisión.

Francisco Zagala, ca.1900
7 de junio de 2021

Junto a la fortificación se extendía el Eirado das Torres (o Lampán dos Judeus), actual avenida de Santa María, el cual tenía una función claramente defensiva. Si tenemos en cuenta que la fortaleza se encontraba pegada por un lado a la muralla medieval y por el otro lado contaba con un profundo foso que se salvaba mediante un puente levadizo, era un claro objetivo de ataque desde el exterior. Por tanto, lo que se buscaba con esta explanada era minimizar los daños que pudiera causar un pedrolo de grandes dimensiones catapultado desde el exterior a mala fe.

Desconocido, ca.1960
1 de agosto de 2020

Llegó el siglo XIX y las torres presentaban un estado ruinoso. Consideradas un desagradable recuerdo del pasado feudal, y aprovechando la fiebre imperante de demolerlo todo en aras del progreso, se firmó su sentencia de muerte. En 1873 se produjo su derribo, aprovechándose la piedra resultante para pavimentar media ciudad, y salvándose momentáneamente la llamada Torre del Homenaje, que sobrevivió hasta el año 1882. Tras su demolición se encontró bajo sus cimientos un túnel con dos ramales; el primero hacia la iglesia de San Bartolomé O Vello y el segundo hacia los ábsides de la iglesia de Santa María. Los arzobispos no se andaban con coñas. 

Hoy, tras las excavaciones realizadas pocos años atrás, se ha creado un museo subterráneo en recuerdo de estas históricas torres. Al fondo de la imagen actual vemos la entrada al mismo.

Diario de Pontevedra, 1965
2013

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